Cintas de doble cara para montajes y composiciones

La cinta adhesiva de doble cara es útil en montajes y fotocomposiciones. En su versión más sencilla, el celo con doble adhesivo, sirve para pegar fotografías, collages... En el otro extremo, las cintas profesionales gruesas de doble cara son apropiadas para montar y fijar objetos en paredes y muebles.

Información sobre cintas doble cara

Tipos de cintas de doble cara

La resistencia de las cintas de doble cara es más alta cuanto más adhesivo contienen y cuanto más fuerte es su adherencia.

Las cintas de doble cara profesionales, como tesa Power Bond, incluyen bandas adhesivas acolchadas de alta adherencia. La almohadilla mejora la eficacia de la cinta en superficies granuladas. Estas cintas son muy efectivas para fijar elementos en paredes, puertas de paso y electrodomésticos. Por ejemplo, son apropiadas para fijar accesorios de baño, tableros de anuncios, paneles de corcho, pizarras, expositores, etc.

Estas cintas de montaje de doble cara son útiles como alternativa al taladro con taco y tornillo. Son cómodas de usar y nos evitan la perforación de la pared. En superficies vitrificadas, azulejos, cristal, etc., la superficie no sufre daños y se puede retirar el objeto sin dejar residuos (se puede usar disolvente o alcohol para eliminar los restos de pegamento).

Hay varios tipos de productos apropiados para cada situación, por ejemplo, para interiores, y para exteriores, que son capaces de soportar las inclemencias meteorológicas. Ejemplos: cintas transparentes, blancas, ligeras, removibles, anchas, estrechas, etc.

¿Cómo eliminar los restos de adhesivo de las cintas de doble cara?

Los restos de cinta de doble cara se pueden quitar si las superficies son lisas y poco porosas. Hablamos de materiales como el metal, el vidrio o los azulejos. Eliminarlas en su totalidad no es fácil, pues son muy adherentes. Y aún es más difícil si han sido expuestas a los rayos del sol.

No obstante, es posible hacerlo: la pared, puerta, mueble, estantería..., puede quedar intacta, como si nunca hubiésemos pegado nada en ellos. Primero hay que intentar retirar el adhesivo mecánicamente, con una espátula de metal o de plástico (en el caso de las cintas gruesas con espuma). Los quitapegamentos y disolventes son útiles, en segundo lugar, para ablandar el adhesivo.​

Cuando sea posible, por ejemplo, en materiales superficiales, se puede pasar una plancha caliente por encima del objeto. El calor ablanda el pegamento y lo hace más fácil de retirar. También se puede usar un secador de pelo o una pistola de aire caliente especial para bricolaje.

En los casos más extremos, la técnica del estropajo nunca falla. Se trata de frotar el pegamento con un estropajo y un disolvente adecuado. Las fibras del estropajo atrapan las partículas del pegamento. El estropajo queda saturado e inservible, pero la pared queda limpia.

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