¿Qué diferencia existe entre la plastificación con frío o calor?

Plastificar en frío o en caliente sirve en ambos casos para proteger documentos con láminas de plástico. La diferencia es que la plastificación en frío se lleva a cabo con la ayuda de bolsas adhesivas, mientras que en la plastificación en caliente los bordes de plástico de la funda se funden por calor. Derretir dicho material es la función de los rodillos de calor de la máquina plastificadora.

No obstante, existen otros aspectos que debes tener en cuenta a la hora de comprar una plastificadora de documentos. Te los explico en esta guía.

Plastificar en caliente

Este sistema es el más extendido y usado en oficinas. Para plastificar con calor, se debe insertar el documento en una bolsa de plástico. Después, se introduce por la boca de la plastificadora por el extremo cerrado. Los rodillos de calor de la máquina alimentan el folio y sueldan el plástico al derretirlo ligeramente. Es así como funciona el sistema de plastificar en caliente.

Una precaución que se debe tener en cuenta con este método es que los documentos salen muy calientes y habrá que dejarlos reposar unos segundos para evitar que se arruguen. Pero hay otros aspectos importantes que deben ser tenidos en cuenta.

El tiempo de precalentamiento es uno de ellos. Para plastificar de manera eficaz, la máquina debe alcanzar la temperatura de trabajo. El tiempo de precalentamiento es el que transcurre desde que encendemos la máquina hasta que esta queda lista para plastificar la primera hoja.

Otro punto importante es el número de rodillos de calor: cuanto más gruesas sean las fundas que vamos a usar ─el plástico grueso protege mejor el documento─, más rodillos de calor tendrá que poseer la plastificadora para derretir con éxito la funda. En las especificaciones del fabricante siempre aparecen el número de rodillos (2, 4, 6) y el espesor mínimo y máximo de fundas que admite.

Plastificar en frío

Es un sistema más seguro en cuanto al riesgo de sufrir quemaduras. Los documentos se plastifican en frío usando plástico autoadhesivo. En este caso, los rodillos de la máquina no derriten ni funden el plástico; simplemente aplican presión entre las dos láminas exteriores que van a proteger el folio (fotografía, cartulina...).

Debido a lo anterior, algunas plastificadoras ni siquiera requieren electricidad, y esta es una de las ventajas interesantes de la plastificación en frío. Otra ventaja es que no tienen tiempo de precalentamiento, por lo que no hay que esperar antes de plastificar el primer documento. No obstante, también hay plastificadoras mixtas que pueden plastificar tanto en frío como en caliente.

En este caso, los consumibles necesarios para plastificar los documentos serán fundas autoadhesivas, en unos casos, o rollos de film adhesivo, en otros (depende del modelo de plastificadora).

¿Qué sistema de plastificación elegir?

No hay un sistema de plastificación claramente superior al otro, de ahí que existan plastificadoras mixtas que cuenten con ambas tecnologías. Tanto la plastificación con frío como la caliente tienen sus pros y sus contras.

Por ejemplo, plastificar en frío es más sencillo, ya que no hay que ajustar los parámetros de la plastificadora (espesor del plástico, temperatura). Además, es más seguro para el uso escolar, ya que los documentos recién plastificados no salen de la laminadora con una temperatura elevada.

Pero también tiene su inconveniente: las fundas para plastificar en frío suelen ser más caras, ya que poseen dorso autoadhesivo. Por otro lado, las mejores plastificadoras de calor incluyen sensores avanzados que detectan el espesor del papel o el de la funda. Gracias a ello, pueden ajustar automáticamente su configuración para que la plastificación del documento sea óptima.

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