Cómo elegir un equipo de protección auditiva para la oficina
En la oficina no se suelen usar EPI para los oídos. Al revés que en la industria, es poco común que el nivel de ruido de la oficina suponga un riesgo para la salud auditiva. Ahora bien, más allá de los requisitos legales, y como todo en esta vida, toda regla tiene su excepción.
En entornos donde las conversaciones, las llamadas, las destructoras de papel y las idas y venidas de gente son causas de un alto nivel de ruido (por ejemplo: en las oficinas de espacio abierto), usar tapones de espuma para los oídos o auriculares con cancelación de ruido ayudan a mitigar las molestias que esos decibelios de más acarrean. Las personas más sensibles al ruido también pueden encontrar en ellos un aliado útil para mejorar su concentración. De igual forma, cascos y tapones serán útiles si la oficina está próxima a un aeropuerto, hay obras cercanas...
- Los niveles de ruido
- ¿Cómo elegir el equipo de protección auditiva?
- Inconvenientes de los tapones de espuma en la oficina
- Alternativas a los tapones de espuma
Los niveles de ruido
La Directiva 2003/10/CE del Parlamento Europeo y el Consejo, sobre las disposiciones mínimas de seguridad y salud relativas a la exposición de los trabajadores a los riesgos derivados del ruido, establece que el empresario debe tomar medidas de protección a partir de los 80 dB. Una de estas medidas consiste en ofrecer al trabajador equipos de protección auditiva.
Para escoger un equipo de protección individual (EPI) auditivo, debes conocer los niveles de ruido. La unidad usada para compararlos es el decibelio (dB):
- De 10 a 30 dB: se considera un nivel de ruido bajo. Un ejemplo típico es una conversación en voz baja en una biblioteca.
- De 30 a 50 dB: charlar tranquilamente y el ruido que emite el compresor de la nevera son dos ejemplos de este estadio de ruido (aún bajo). Un ordenador portátil cuyos ventiladores se encuentren en buen estado emite entre 40 dB y 50 dB.
- De 55 a 75 dB: es ya un nivel importante de ruido. Ejemplos: batidora de cocina, aspirador doméstico y televisión a volumen elevado. Asimismo, en la oficina, las destructuras de papel emiten entre 65 dB y 75 dB.
- De 75 a 100 dB: nivel de ruido elevado y molesto. Por ejemplo, la sirena de una ambulancia o el ruido de un atasco de tráfico.
- De 100 a 120 dB: nivel de ruido muy elevado. Ejemplos: concierto de rock o discoteca, claxon de un coche, taladro percutor.
- Más de 120 dB: nivel de ruido muy peligroso que causa dolor en el oído. Existe riesgo es sordera. Un ejemplo de exposición a este nivel de decibelios lo encontramos en la pista de aterrizaje durante el despegue de un avión.
¿Cómo elegir el equipo de protección auditiva?
El objetivo de un EPI auditivo es que el nivel del ruido al que se expone el trabajador no sea superior a 75-80 dB. Para ello, los tapones, orejeras y cascos de protección auditiva indican el índice de atenuación o SNR, por sus siglas en inglés, Standard Noise Reduction. El SNR de un EPI auditivo indica cuántos decibelios amortigua el equipo. Por ejemplo, unos casos antirruido con doble arco atenúan unos 30 dB. En cambio, los tapones de espuma de poliuretano (internos) reducen entre 32 dB y 37 dB.
Otro factor que has de tener en cuenta para elegir la protección auditiva es el tiempo de exposición. Las lesiones auditivas no solo dependen de los decibelios, sino también del tiempo de exposición del trabajador. Una exposición de solo 5 minutos a un nivel superior a 120 dB puede causar pérdidas auditivas irreversibles.
Inconvenientes de los tapones de espuma en la oficina
Los tapones intrauditivos de espuma son muy efectivos contra el ruido. De hecho, su eficacia para aislarte del exterior quizá resulta excesiva en la oficina. Además de torpedear las conversaciones con tus compañeros, pueden impedirte oír temporizadores, alarmas e incluso el teléfono (así como hacer llamadas). Esta dificultad para la interacción social suele comprometer el trabajo en equipo. Por otra parte, aunque su nivel de atenuación acústica favorece la concentración, la sensación de aislamiento del entorno le resulta molesta a algunas personas.
Asimismo, los tapones de espuma pueden ser antihigiénicos. No en vano, tener que comprimir la espuma entre los dedos para insertarlos en el canal auditivo supone el contacto directo con la piel y, por tanto, con bacterias, gérmenes y otros patógenos presentes en ella (además de polvo y sudor). No olvidemos que el oído es cálido y húmedo, es decir: brinda condiciones muy favorables para que proliferen las bacterias.
¡Y la cosa empeora cada vez que te quites los tapones! Pues es muy común que parte de la cera del oído se fije a la espuma y atraiga nuevas impurezas, lo que aumenta aún más el riesgo de infección.
Alternativas a los tapones de espuma
Como consecuencia de lo anterior, los fabricantes de EPI auditivos ofrecen algunas alternativas a los tapones de espuma para su uso en oficinas y otros entornos en los que se precisa protección auditiva intermitente. Una de ellas es el tapón reutilizable y con varios niveles de atenuación acústica, ajustables por medio de un interruptor mecánico:
En suma, sería deseable contar en la oficina con medidas de reducción de ruido colectivas. Hablamos de soluciones que, mediante la distribución de los muebles en el espacio y el uso de elementos divisorios, benefician a todos los trabajadores. Por ejemplo, son de gran utilidad los paneles acústicos, los techos fonoabsorbentes, así como las alfombras y las cortinas; estos elementos amortiguan el ruido de conversaciones, pisadas, máquinas de oficina, etc.
Sin embargo, y por desgracia, no todas las oficinas creen en la política del silencio. Si es tu caso, no tienes acceso a áreas de silencio y necesitas concentrarte, considera usar algún tipo de EPI auditivo. ¡Te aportará paz mental!