¿Cómo elegir el dispensador de celo ideal?
Decir que un buen dispensador de celo cambiará tu vida quizá sea exagerar. Pero lo contrario sí es cierto: uno malo arruinará tu día desde la primera hora de la mañana. Así pues, aquí tienes una breve y desenfadada guía para elegir el portarrollos perfecto para envoler regalos, pegar papeles o cerrar cajas.
- Ventajas de los dispensadores de celo
- Cómo elegir tu dispensador de celo
- Portarrollos con base adhesiva, firme, práctico y sin desliz
- La importancia del diseño
- Dispensadores El Casco, una joya de oro para tu escritorio
Ventajas de los dispensadores de celo
La primera y más notable ventaja de un dispensador de celo es que te ayuda a ser más eficiente en tu trabajo. En teoría solo requiere una mano, luego la otra queda libre para sujetar el material que vas a pegar.
¡Ah! ¡Envolver regalos con soltura sin un buen portacelos no es cosa fácil! No en vano, una mano siempre sujeta el pliegue del papel... Así que, ¿cómo te apañas para buscar el inicio de la cinta, pegar y cortar con tijeras, todo a un tiempo?
En segundo lugar, el dispensador de celo también es más seguro. Y lo es por su cuchilla integrada. Ya sabes lo que se dice... ¡el cúter lo carga el diablo!
Cómo elegir tu dispensador de celo
¿Qué debes considerar al elegir un dispensador de celo? Para empezar, el peso. Que no salga volando al tirar de la cinta: si usas celo para todo, asegúrate de comprar un portarollos estable y no un juguete de feria. ¡Sería irónico perder los papeles al pegar ese poster motivacional sobre la calma por culpa del dispensador!
En segundo lugar, ten en cuenta la talla del celo. Los rollos de celo no tienen talla única: los hay de 12, 15 y 19 mm de ancho, pero eso no es lo importante; antes bien, lo que cuenta es el largo. El típico rollo de celo, el caballo de batalla en toda oficina, mide 33 m de largo. Y luego están esos enormes celos que parecen ruedas de tractor, cuya longitud es de 66 m. En consecuencia, existen dos tamaños de dispensador, grandes y pequeños, en los que cambia el diámetro del núcleo o mandril, esto es: la pieza interior que encajada en el rollo sirve como eje.
En tercer lugar, la cuchilla, ¡mucho ojo con ella!, pues de su filo depende dispensar cinta con precisión y eficacia... o sumarte a la indecorosa lista de los mártires del celo. En efecto, la hoja puede estar tan afilada como para filetear un tomate maduro en láminas casi transparentes, o viceversa: convertir la oficina en la escena de un crimen.
Por lo general la hoja cortante de los dispensadores de celo es dentada. Si los dientes están bien afilados, desgarran la película plástica y cortan el celo de forma rápida, limpia y sencilla. Huye pues de lo romo: ¡busca un dispensador samurái!
Portarrollos con base adhesiva, firme, práctico y sin desliz
Un buen portarrollos ha de ser pesado. En caso contrario, se deslizará cuando tires de la cinta. De ahí el rellenarlo con arena: el peso mejora su estabilidad en el escritorio. Ahora bien, si pesa más de la cuenta, el gasto de transporte es excesivo, lo que acaba por repercutir en el precio. Por eso fabricantes como Tesa ofrecen dispensadores de celo con base adhesiva.
La tecnología stop-pad de Tesa consiste en una banda adhesiva regenerable que inmoviliza el portarrollos sobre la superficie de trabajo. En caso necesario, el dispensador se puede mover de sitio limpiando su esponja adhesiva con agua. Estos dispensadores son más estables que los de arena y tienen la ventaja de ser más ligeros. Al igual que los de arena, dispensan el celo con una única mano.
La importancia del diseño
La oficina puede ser un lugar gris, pero el portacelo está dispuesto a aportar algo de diversión a tu jornada. Un dispensador con forma de animal, por ejemplo: un perro que sujeta el celo con su hocico, te sacará una sonrisa cada vez que lo uses.
En conclusión, aunque el artículo que nos ocupa suele ser muy económico, no se trata de comprar el primer dispensador de celo que veas. Al fin y al cabo, si funciona como es debido no deja de ser una inversión en paz mental y, al revés, un dispensador mediocre puede convertirse en el atajo más directo hacia la infelicidad.
Dispensadores El Casco, una joya de oro para tu escritorio
Para acabar, si quieres hacer un regalo especial, un dispensador de celo exclusivo es el modelo El Casco M-800. Es un dispensador hecho con acero de alta calidad y pulido a mano. Lo fabrica El Casco, la mítica marca de grapadoras clásicas de sobremesa. Este sofisticado portarrollos se puede comprar en tres acabados diferentes: negro y cromo, cromo pulido alto brillo y baño de oro de 23 quilates.